El Museo Dolores Olmedo ocupa lo que fuera el edificio de la Hacienda La Noria, cuyos orígenes datan del siglo XVI, aunque partes importantes de fueron agregando al conjunto durante los siglos XVII, XVIII Y XX, se menciona que el uso original de ésta fue agrícola, Dolores Olmedo compró el inmueble casi en ruinas en 1962 y dio cimentación a un gran proyecto para convertir primero el espacio en su casa y después un escaparate de la cultura mexicana.

El museo se encuentra en la que fuera la Hacienda la Noria ubicada al sur de la Ciudad de México, cuya edificación data del siglo XVI; fue adquirida en 1962 por Dolores Olmedo Patiño, coleccionista de arte y filántropa. Fue su casa hasta 1994, cuando abrió como museo, producto de las pinturas que ella comenzó a comprar en 1955 a los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo, en total fueron 50 piezas. Adicionalmente, Dolores Olmedo compró piezas de arte precolombino asesorada por Rivera, llegando a acumular 800.

El 17 de septiembre de 1994 se inauguró el Museo Dolores Olmedo, el cual es considerado un centro cultural y artístico de primer nivel internacional, actualmente el casco se encuentra rodeado de magníficos jardines que exhiben especies vegetales oriundas de México, donde conviven también diferentes animales como los son pavos reales, gansos, patos, guajolotes y perros xoloitzcuintles. El museo se encuentra en la que fuera la Hacienda la Noria ubicada al sur de la Ciudad de México, cuya edificación data del siglo XVI; fue adquirida en 1962 por Dolores Olmedo Patiño, coleccionista de arte y filántropa. Fue su casa hasta 1994, cuando abrió como museo, producto de las pinturas que ella comenzó a comprar en 1955 a los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo, en total fueron 50 piezas. Adicionalmente, Dolores Olmedo compró piezas de arte precolombino asesorada por Rivera, llegando a acumular 800.

El encanto del lugar empieza desde los jardines, pues se pueden encontrar pavorreales, gansos, patos, guajolotes y perros xoloitzcuintles, todos originarios de México. Además de contar con salas permanentes, donde se exhiben objetos personales de la destacada filántropa y sus viajes por el mundo, también se realizan exhibiciones temporales de artistas de todo el mundo, y se realizan talleres en los que pueden participar desde los más pequeños hasta los adultos. Estos talleres están diseñados de modo que incluso los niños menores de cinco años puedan asistir y divertirse creando. El sitio ha sido un punto de encuentro y difusión de la cultura popular mexicana.